Un Sevilla sin ideas no pasa del empate en Balaídos

El Celta de Vigo consiguió sellar un 1-1 que deja disconformes a sendos equipos

Los goles de los canteranos Gabri Veiga en la primera parte y de Kike Salas en la segunda para sus respectivos clubes hicieron que los dos conjuntos se vieran con posibilidades de conseguir la victoria, pero el cuero no terminó entrando en ninguna de las dos porterías. El Sevilla sigue sin salir de la zona de descenso y acumula ya 6 partidos consecutivos sin conocer la victoria, un registro que muestra la delicada situación del equipo que sigue en la Europa League pero que tiene muy difícil volver a estar en puestos europeos al término de la temporada.

Sampaoli no ha mejorado el equipo que dejó Lopetegui y es que además de las sanciones y lesiones de muchos de sus jugadores, no se ve un progreso en el estilo de juego que ilusione a la afición. Ofensivamente no consiguen crear ocasiones peligrosas de juego y este partido ha sido una muestra de ello. Las ocasiones más claras de los sevillistas no han llegado en jugadas cooperativas (a excepción del tiro de Erik Lamela que termina en el córner del gol de Salas) y es que se ha demostrado que les resulta demasiado complicado romper las líneas de defensa de sus rivales, a pesar de que el club vigués no estuviera muy replegado y se lanzara al ataque varias veces. Y no solo es la falta de ideas en ataque lo que ha hecho que el club hispalense esté experimentando una temporada tan frustrante, sino que los jugadores tampoco están precisos en el momento de realizar el tiro o el último pase, lo que hace que desaprovechen las pocas oportunidades que tienen por partido.

El panorama del bloque defensivo es similar. Bono ha demostrado en esta Copa del Mundo que está a un nivel extraordinario, pero un guardameta no puede hacer magia. Acuña está rindiendo bien y en el lateral derecho Montiel, Carmona o incluso Jesús Navas no están jugando mal en líneas generales. Sin embargo, la baja de los dos centrales que habían liderado la línea de defensa hasta esta temporada (Koundé y Diego Carlos) ha hecho que todavía ni Sampaoli ni, en su momento Lopetegui, hayan conseguido suplirlos. Monchi apostó por Nianzou y Marcao, otra dupla formada por un jugador prometedor y otro más experimentado y físico. Sin embargo, las sanciones y lesiones (sobre todo de este último) no han permitido poder valorar su verdadero nivel en la liga española.

Todos estos factores (sin mencionar fracasos como el fichaje de Isco, que no ha llegado ni a enero) explican la actual situación del Sevilla. ¿La solución? Lamentablemente para el equipo andaluz no hay ninguna clara. Los jugadores deben mejorar su estado físico, Sampaoli debe hacer que todos sus hombres crean en el proyecto y si el límite salarial y el presupuesto del club lo permiten, reforzarse en este mercado de invierno. Sin duda todo un reto para un equipo que ha terminado en puestos de Champions en las últimas tres temporadas y que no está acostumbrado a encontrarse en esta situación, en la zona de descenso.

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