Joao Félix ¿Punto y coma o punto y final?

La cesión de la joya portuguesa al club de Stamford Bridge ya es oficial, la cuestión que permanece en el aire es la de si Joao ya ha ofrecido su último baile con la camiseta rojiblanca o volverá a vestirla en un futuro próximo.
Las claves del nuevo contrato firmado son claras, la cesión es simple hasta final de temporada, habiendo a su vez ampliado su contrato con el conjunto de la capital española hasta 2027, un año adicional en correspondencia a la expiración de su último contrato firmado.
Todo esto no ha hecho más que sembrar las dudas tanto en el entorno como en el aficionado colchonero, y es que ¿cuál es la intención de los mandamases del club con este jugador? ¿Dan por hecho el fracaso de Joao tras 3 años y medio en el club o tendrá una última oportunidad? Si se da a cabo esta oportunidad y se vuelve a apostar por él, ¿qué ocurre con el Cholo?

Se acabó la telenovela que tanto ruido había provocado en las inmediaciones del Cívitas Metropolitano, al menos por ahora, ya que el Atleti se ha desprendido del «menino» esta temporada, y sin negociaciones de por medio su vuelta sería inmediata en el curso 23/24.

La razón del adiós temporal de Joao Félix puede residir en el tema del fairplay financiero, y es que la pandemia fue una dura recesión para la gran mayoría de los equipos de la liga española, ya que el cierre de los estadios y la situación epidémica provocó pérdidas con difícil margen de recuperación, y uno de sus grandes estándares para poder recuperar lo invertido y obtener una gran suma de beneficios para paliar esta situación es la de deshacerse de una de las grandes perlas del fútbol europeo.

No es suficiente la llegada del CVC de la mano del presidente de la liga, Javier Tebas, con el flujo de ingresos que tendrá el club para dar margen y respiro al límite salarial, teniendo en cuenta que estos beneficios llevan a su vez unas pautas de uso innegociables, siendo el 70% mínimo de este dinero obligado a invertirlo en las infraestructuras y digitalización del club. Tampoco lo es la llegada de nuevos préstamos de origen estadounidense para poder llevar a cabo el cumplimiento de deudas, la mayoría provenientes del mismo sector, la fabricación del nuevo Metropolitano, o incluso la llegada de la promotora inmobiliaria Civitas, la cual ha reemplazado a Wanda como nomenclatura oficial del estadio acompañando a Metropolitano, donde se llegará a acumular 84 millones de euros en un plazo de una década.

Pero dejando el factor económico a un lado, el inconveniente principal es la relación entre Joao y el Cholo, que se encuentra lejos de ser ya no cercana, si no existente. En las casi 4 temporadas militadas por el jugador portugués en la elástica colchonera la más destacada y regular fue la temporada 20/21, donde el Atleti se haría con el trono español gracias a un título liguero que tenían encaminado desde los primeros meses de competición donde pusieron tierra de por medio, que estuvo cerca de no ser suficiente con las notables remontadas tanto de Real Madrid como de Fútbol Club Barcelona y Sevilla, además del desplome de los pupilos del Cholo. Las cifras del portugués aún así no fueron muy destacadas, en la faceta goleadora estuvo opacado por el «pistolero» Luis Suárez, pero si que tenía gran incidencia en el juego, era capaz de cambiar el transcurso de un partido gracias a su puro talento y era el factor determinante, el jugón que necesita cualquier club para desencallar un partido enfangado o una salida complicada, y es que que más podía pedir el socio atlético con su figura prometedora, complementando esta pieza con un proyecto a su alrededor a la altura. Las quejas de la grada venían con su falta de continuidad, la llama no flameaba, los chispazos no eran continuos y se quedaban en eso, en chispazos.

Joao Félix celebrando el último título de liga rojiblanco en el estadio José Zorrilla.

Y acabó llegando la gota que colmó el vaso, en la que vendría el naufragio del portugués, el quebramiento total de la relación con el Cholo. Para entender la procedencia de este problema tenemos que retroceder hasta su llegada, Simeone nunca pidió la llegada de Joao, si no que rogó al club que los esfuerzos se centraran en la permanencia y renovación de su mayor baza y apuesta, la de Antoine Griezmann. Pero el consejero delegado del club, Miguel Ángel Marín, fue testarudo y catalogó de vital la incorporación de Joao Félix como jugador franquicia y de futuro, viajando hasta 4 veces a Lisboa para tratar de convencerle de la idea y la importancia que tendría en el club, siendo el pilar fundamental del proyecto que estaba preparando para, entre otros objetivos, poder finiquitar la conquista continental que tan cerca ha tenido el Atlético en los últimos años. Y la primera temporada de Joao no podía verse con mejores ojos, mostraba desparpajo y calidad, pero aún le faltaba algo de rodaje para adaptarse más a la idea que tiene el Cholo como conjunto, donde por x o por y no acababa de encajar. Con el paso de los meses y las temporadas se confirmaba el presagio de Simeone, Joao no era ni mucho menos lo que él buscaba para el once, la sombra de Griezmann era demasiado alargada y pesaba desde la visión del técnico que en las últimas declaraciones en prensa ha dejado recados como «Solo con talento no te da para jugar en el Atlético» o «En el Atlético no hay nadie imprescindible«. Las declaraciones sumadas a la tensión palpable en ciertos momentos de la temporada como las reacciones a sustituciones en el terreno de juego, supuestos «borrones» en los últimos encuentros de Copa del Rey, indicando falta de compromiso, el inicio de los silbidos y abucheos tomando gran parte del aficionado el bando del adorado técnico argentino. Todo ello sin necesidad de confirmación lo certificaría Miguel Ángel Marín en su estancia en Qatar mientras se disputaba el mundial de este pasado invierno, en unas declaraciones que otorgaba a la 1 decía lo siguiente: “Es la apuesta más grande que ha hecho el club. Yo creo tiene el nivel máximo mundial, pero por los motivos que ahora no merece la pena entrar, la relación entre el míster y él no es buena ni su motivación. Lo razonable es pensar que saldrá, aunque me encantaría que siguiera, pero esta no es la idea del jugador”.

«En el Atlético no hay nadie imprescindible»

Diego Pablo Simeone

Tomando al pie de la letra las palabras del consejero delegado, las intenciones tanto de Joao Félix como del Atlético distan a que sus caminos se crucen, pero se ha dejado un resquicio, un rayo de esperanza para el colchonero fanático del portugués, además de que la cesión es de carácter simple y que la vuelta en principio es segura también entra en juego la renovación para la permanencia hasta el año 2027. Desde el palco del Wanda se puede optar por la insistencia en el talento nato del «menino», pero esta posible resolución en que posición dejaría al Cholo, ¿cómo sentaría el cierre de una etapa gloriosa e intachable de Simeone en la multitud atlética iniciando otra nueva prometedora con frescura de ideas y Joao Félix a la cabeza? ¿La persona ideal para el puesto sigue siendo el Cholo?

Desde fuera la sensación es de apoyo prácticamente unánime al Cholo, poca es la gente que ni si quiera se llega a replantear su marcha y no se atisba mejor opción a cargo del timón que la figura del argentino, pero en alguna derrota o crisis prolongada del equipo se ha empezado a levantar un murmullo sobre si lo mejor sería dejar el cholismo a un lado por mucho que hubiera dado a los colchoneros, alternativa que si se diera multiplicaría las opciones de un retorno fructífero para Joao Félix.

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