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La NBA es una liga muy exigente a nivel de partidos y carga física, y este nivel de competición puede llevar a los jugadores al límite. ¿Cuántas veces hemos hablado de lo importante que es mantener a todos los jugadores sanos para los playoffs? Conseguir que tus estrellas puedan jugar la mayoría de partidos te convierte, solo por eso, en un equipo peligroso, pues es normal que cuando llega el mes de abril haya jugadores que empiecen a caerse de las rotaciones debido a la exigencia física de toda la temporada.
Tras el nuevo convenio las lesiones tomas un papel más importante aún si cabe ya que se exige jugar al menos 65 partidos para poder optar a los premios individuales e incluirse en los mejores quintetos. Esto no solo tiene un impacto a nivel de querer llevarte todos los premios posibles, sino que también tiene un interés económico, pues formar parte de cualquiera de los 3 mejores quintetos de la NBA puede significar más dinero en el próximo contrato, ya que puedes optar a clausulas que incluyen más millones. Esto genera un problema a nivel de que jugadores puedan forzar para optar a jugar el mínimo de partidos y así optar a estos premios. Por eso, una lesión de media duración puede quitarte la posibilidad de ganar un premio.
Por ejemplo, la lesión de Haliburton le separará de las canchas durante al menos 2 semanas. Esto supone perderse mínimo 8 partidos (en el mejor de los casos). El base de los Pacers se lesiona en una entrada a canasta en el segundo cuarto contra los Boston Celtics tras un resbalón que le deja haciendo un «semiespagat» y que le ha producido una lesión muscular en el isquiotibial de la pierna izquierda. Todo esto es más importante aún sabiendo que: la franquicia de Indianapolis es completamente dependiente de su jugador franquicia, que Haliburton está en top 5 favoritos para ganar el MIP, top 10 en el MVP y que tras en In-Season Tournament nos había cambiado la percepción del equipo algunos incluso subiéndoles un escalón en la pirámide de aspirantes en la conferencia este. Si por lo que sea la lesión se alarga, también podemos sacar de la ecuación un equipo que podría hacer traspasos antes del cierre moviendo a jugadores como Buddy Hield o Miles Turnes pero si estos partidos sin su estrella suponen una carga de derrotas difícilmente remontable cuando vuelva, puede retrasar hasta verano todos estos movimientos.

También conocimos la pésima noticia de la lesión de Ja Morant. El base de los Memphis Grizzlies sufrió un desgarro en el hombro que le llevará al quirófano y se perderá el resto de la temporada. Ja Morant ya había empezado tarde la temporada tras la sanción recibida por la NBA tras los incidentes de la temporada pasada dónde se dejó ver mostrando armas en redes sociales, cosa de la que era reincidente. Tras esta sanción Ja Morant ya no podía optar a los premios individuales, pues aún jugando todos los partidos después no llegaría a jugar el mínimo (creo firmemente que el comisionado Adam Silver toma esta la decisión de sancionarle con esos partidos para quitarle la posibilidad de optar a los premios). Pero, aunque esta lesión no suponga una novedad en el tema de los premios, vuelve a dejar a al deriva a una franquicia que necesita de su estrella para ser competitivos y podrá convertirse en un bazar de aquí al cierre de mercado. Se ha demostrado esta temporada que tanto Desmond Bane como Jaren Jackson Jr elevan su nivel si es el base de South Carolina es el que lleva el ritmo del partido. No han conseguido juntar el quinto que ellos tenían pensado tras la incorporación de Smart y la lesión de Steven Adams. Recuerdo que la franquicia de Tennessee lleva dos temporadas seguidas siendo el segundo equipo en cuanto a récord de la conferencia oeste y que siempre se han quedado un poco a medias cuando tocaba la postemporada, perdiendo en 2022 contra los Warriors y el año pasado contra los Lakers en primera ronda.

Si no tenían suficiente en San Francisco con la sanción de Draymond Green y el bajo rendimiento del equipo, hay que añadir la lesión de Chris Paul. El base llegado este verano a los Warriors se perderá 2 meses tras una fractura en la mano. Ahora mismo están en la posición número 12 del oeste, y las sensaciones es que necesitan casi un milagro para cambiarle el rumbo a lo que resta de temporada. La suerte que tienen es que ese milagro puede llegar en forma de traspaso, pues podrían ofrecer un paquete muy interesante si deseasen soltar a jugadores como Wiggins o Kuminga. Veremos cómo se desarrolla la que puede ser la última temporada del núcleo que formó la dinastía que ha dominado estos últimos 10 años.

La familia Ball tampoco está teniendo suerte con la salud. Lamelo Ball se lesionó a principio de temporada del tobillo y se espera que vuelva más pronto que tarde aunque todavía no hay una fecha determinada. En el otro lado de la familia, Lonzo no juega un partido desde el 12 de enero de 2022. El base era una pieza fundamental para el plan que tenían los Chicago Bulls cuando le ficharon en la agencia libre. Los problemas de rodilla le han tenido separado de las canchas casi dos años, pero Billy Donovan es optimista y ha llegado a declarar que no descarta volver a verle jugar esta temporada.

Seguiremos de cerca el desarrollo de los jugadores lesionados y esperamos que pronto vuelvan a las canchas que la NBA es una liga de jugadores y las lesiones muchas veces nos privan de algunos de ellos.
