El Play-In justifica la mediocridad.

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La competición instaurada por Adam Silver en la burbuja había parecido ser un acierto impresionante. Permitía competir a más equipos por la posibilidad de disputar la postemporada y convertía los últimos días de competición en una sangría competitiva pues había más equipos jugándose algo. Lo explico rápidamente: séptimo y octavo clasificado de cada conferencia se disputan en un partido ser el equipo que se enfrente al segundo clasificado en playoffs; el que pierda se jugará enfretarse al octavo contra el ganador del noveno contra el décimo. Antes era a pelo, los ocho primeros de cada conferencia se clasificaban directamente. Este nueva semicompetición nos regaló un Lakers – Warriors al año siguiente que batió records de audiencia y nos valió para volver a darle la razón a Silver.

El partido entre Lakers y Warriors del play-in de 2021 tuvo una media de 5,6 millones de espectadores. Foto vía: TheAthletic

Los Playoffs del año pasado justifican y fortalecen el play-in.

Todo este rum rum pareció apagarse del todo con lo que pasó el año pasado en la postemporada. Lakers, que era séptimo de conferencia y ganó en el play-in a los Timberwolves llegó a las finales del oeste. Pero, ¿cómo pudo ocurrir esto? Cambiaron el equipo por completo en el cierre de mercado y tuvieron un récord de 15-7 después del allstar. Un récord impresionante de un 68% de victorias, que de haberlo tenido toda la temporada hubieran sido el mejor equipo del oeste. Esto, añadido a tener a LeBron James, le convertían en un equipo más peligroso aún si cabe.

Tras ganar a los Timberwolves, los Lakers eliminaron a los Grizzlies 2-4 y a los Warriors 2-4 para perder 4-0 en las finales de conferencia contra Denver que luego sería campeón. Foto vía: Bleacher Report.

Aunque no fuese debido a un cambio en los jugadores de la plantilla, los Heat se plantaron en las finales de la NBA también tras jugar el play-in. No eran un octavo normal, la temporada anterior habían estado tiro arriba tiro abajo con los Celtics en las finales de conferencia y estuvieron apunto de plantarse en las finales. Estos perdieron el primer partido contra Atlanta y ganaron a Chicago para clasificar como octavos y medirse al pez gordo que era Milwaukee. Lo pescaron rápido y ganaron la serie 4-1, gracias en parte a una lesión de Giannis que no le dejó jugar todos los partidos y gracias también a que Jimmy Butler es un jugador impresionante que se transforma cuando empiezan los Playoffs. Eliminar a los que eran los favoritos, con un aplastamiento desde los banquillos por parte de Spoelstra y esta cultura Heat de que todos aportan lo suyo y aparecen cuando toca, y luego enfrentarse a unos Knicks mermados les sirvió para plantarse en las finales dónde se pusieron ganando 3-0 y no fue hasta el séptimo partido dónde se llevaron las series.

A los Heat se les daba un 1% de posibilidades de ganar en primera ronda a los Bucks. Sé de uno que se lo tomó personal… Foto vía: Fox Sports.

Aunque todo esto fuese increíble, tenemos que empezar a pensar que esto no es lo habitual. No va a ocurrir siempre y lo más normal es que los equipos que han sido buenos toda la temporada regular sean muy buenos en playoffs. Nunca un séptimo u octavo clasificado han ganado la NBA y sólo un sexto (Rockets del 95). El 64% de las veces un primero de conferencia gana el anillo. Por eso esperar que todos los años haya una sorpresa como esta en la postemporada es dar tiros al aire. Igualmente, con estos datos en la mano tiene más valor aún si cabe lo que consiguieron estos dos equipos que nos hicieron soñar con la repetición de las finales de 2020.

La otra cara del Play-In: buena-mala temporada.

Aunque existen equipos como estos hablados anteriormente que llegan al play-in para competir por seguir peleando hasta final de temporada, otros equipos se encuentran en esta situación de casualidad y vale desde sus oficinas para mandar el mensaje a fanáticos y demás gerencias de: «no estamos tan mal». Bueno, pues muchas veces sí lo estáis. Cuando estás cavando un hoyo y quieres salir de él lo primero que tienes que hacer es soltar la pala, y este tipo de comportamientos que justifican la mediocridad son sinónimo de seguir cavando y cavando. Este año se ve claramente la diferencia en las dos conferencias.

En el oeste, con el abandono de la competición por parte de Utah Jazz y que a los Rockets no les llega para competir, Warriors y Lakers se encuentran cómodos en los puestos de abajo del play-in, aunque estén haciendo todo lo posible por salir de él por arriba.Pero, son lo que son, equipos del 50%. Por todo lo que hemos hablado antes de la temporada pasada de los Lakers le estamos dando muchísima importancia cuando lo más probable es que el que consiga ganar el partido pierda en la segunda ronda del play-in.

Los Warriors tienen 3 victorias menos que los Lakers y no parece que vayan a moverse del décimo puesto. Foto vía: Sporting News.

En el este la pelea por la mediocridad es mayor aún. Los Hawks que, con la llegada de Quin Snyder para los banquillos se podía oler la revolución y ahora, un año después esto apesta a insignificancia. ¿Su suerte? Que hay 5 equipos en su conferencia que tienen menos ganas de competir que ellos. Un equipo que no se ha movido este mercado y que decía tener toda la plantilla en venta está asomándose a un precipicio de irrelevancia que parece más profundo aún si recordamos que en 2021 llegaron a finales de conferencia. Con los rumores del traspaso de Trae Young la única luz que puede iluminar Atlanta es Jalen Johnson, que si que está teniendo una buena temporada.

Si el drama estaba servido, Trae Young se lesionó y no volverá como mínimo hasta finales de marzo. Foto vía: Heavy.com

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