Hacer lo nuestro o esperar al resto: nuestra final contra Canadá.

FOTO VÍA: THOMAS COEX.

Tras la victoria contra Grecia, España llega a la última jornada de la fase de grupos en una situación complicada. Con la derrota por solo 10 puntos de Sudán del Sur contra Estados Unidos y la posibilidad de que a Serbia no le interese ganar para evitar un posible enfrentamiento contra la selección favorita hasta la final, casi todas las posibilidades pasan porque España gane a la selección canadiense. En los Juegos Olímpicos se clasifican los dos primeros de cada grupo y los dos mejores terceros por lo que la estadística de +- general es importantísima y, con España que no ha ganado ningún partido con comodidad, está en una situación delicada.

Tras perder de 12 contra Australia en la primera jornada y ganar de 7 a Grecia en la segunda, España se encuentra con un +- general de -5. Una victoria de Grecia ante los boomers sumado a una derrota abultada contra la selección norteamericana nos sacaría directamente de la tercera posición eliminando así toda posibilidad de llegar a los cruces.

Aunque la posibilidad de no quedar terceros existe, la verdad es que viendo la situación de los otros grupos, a España con tener un partido igualado contra Canadá debería darle para pasar de grupos. Japón y Brasil en el grupo B se enfrentarán en la última jornada y ambos equipos tienen 0 victorias y un +- de -25. Del grupo C ya hemos hablado, pero me sorprendería que una selección tan competitiva como Serbia con una estrella tan competitiva como Jokic esté haciendo cábalas para evitar a EEUU y no salga a ganar como buena selección balcánica que es.

Siendo estos los enfrentamientos de mañana, vamos a llegar a nuestro partido sabiendo exactamente el resultado que necesitamos para pasar de fase de grupos. Una victoria por la mínima de cualquiera de los dos del grupo B y la victoria de Australia nos dejaría solos ante el peligro.

Y, ¿esto es bueno? Bueno, pues no lo sé. Usaremos la narrativa que mejor nos venga para justificar nuestra opinión. Si perdemos sabiendo que teníamos que ganar es que nos ha comido la presión y que la selección ya no es lo que era, pero si ganamos sabiendo que era nuestra única posibilidad es que este es el gen de la familia. Y está bien eh, es la realidad. Pero la posibilidad de que nuestro billete a las eliminatorias pase por ganar a una de las mejores selecciones del mundo acojona y bastante.

El enfrentamiento contra Canadá: plantarle cara a la historia.

Ya sabíamos que la situación era complicada desde que ganamos el clasificatorio. Aunque todos estuviésemos muy contentos por conseguirlo teníamos la mosca detrás de la oreja zumbando diciendo: «vaya grupo», «el grupo de la muerte», «no tenéis margen de error»; y aunque es la verdad, eso no va a conseguir que no confiemos a muerte en los elegidos por Scariolo. El partido contra Grecia fue un puñetazo en la mesa por parte de la selección española, consiguiendo «defender» a Giannis (todo lo que se le puede defender) con un Pradilla impresionante, arreones ofensivos de Aldama y Llull y un trabajo conjunto formidable nos permiten seguir soñando con llegar lejos.

Llull anotó 11 puntos con 3 triples, uno de ellos con una parábola inverosímil en la cara del astro griego. Su descaro ofensivo con su personalidad sirvieron para llevar la tónica del partido en la primera parte. Foto vía: Escestado.es.

Pero todo este esfuerzo colectivo tiene que ir acompañado de un talento individual extraordinario y ese talento tiene nombre: Santi Aldama. El jugador de los Memphis Grizzlies ha dado ese paso adelante que todos los que confiábamos en él esperábamos y está siendo el líder de nuestra selección. Su talento diferencial y su manera de anotar más su esfuerzo defensivo le están convirtiendo en un jugador todoterreno. Un sietepies que anota triples como quiere, ayuda en el rebote defensivo y es inteligente en el pick and roll hacen de él un pilar fundamental y más en un torneo FIBA. Promedia 23 puntos (3º que más) con 8.5 rebotes (7º) y una eficiencia de 25.5 (6º). Solo Giannis y RJ Barret promedian más puntos que él. Con un jugador de un calibre a este nivel, tu equipo siempre tiene algo a lo que aferrarse. Si es verdad que la selección a la que te enfrentas va sobrada de talento, pero un jugador con esta fiabilidad te permite tener un pilar a lo que aferrarte cuando te falten puntos.

El jugador canario está duplicando sus puntos respecto a la temporada NBA. Pronto será elegible para extensión de su contrato y no me sorprendería que se llevase uno muy bueno. Sus prestaciones y su disponibilidad (una media de casi 70 partidos en sus dos últimas temporadas) le convierten en un jugador muy bueno de rotación.

Pero el talento de enfrente es indudable. La selección canadiense ha construido un equipo formidable de un tiempo a esta parte y, con un entrenador como Jordi Fernández, se han convertido en una de las mejores selecciones del mundo. Medalla de bronce en el último mundial ganando a Estados Unidos y sorprendiendo al baloncesto mundial con estrellas de primer nivel. Su roster es inmejorable, con complementos perfectos y jugadores de rotación adaptables al baloncesto de selecciones. Tienen las explosiones anotadoras, la defensa exterior e interior, y el conocimiento del juego para luchar contra las mejores selecciones de los juegos. Han ganado los dos partidos y ya se han clasificado matemáticamente para la siguiente ronda. No sé si esto les hará salir con una marcha menos pero da completamente igual porque el talento existe y estará ahí.

Todos los jugadores seleccionados son o han sido jugadores NBA menos Melvin Ejim que actualmente juega en Unicaja. Con Jordi de entrenador, que este año se ha convertido en el primer entrenador principal español de la historia de la NBA, son un equipo completo de la mejor liga del mundo.

Aunque las cosas pinten feas nunca se me pasará por la cabeza no confiar en esta selección. Es el gen de «La Familia», nos lo han demostrado durante todos estos años. Con Scariolo a los mandos han dado muchísimo más de lo que esperábamos y seguro que esta vez no será menos. Son un orgullo para nosotros.

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