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Hay varios artículos míos escritos en este maravilloso periódico digital hablando de la situación que estaban pasando los Detroit Pistons. Un equipo que apuntó hacia una reconstrucción en 2020 tras la derrota en la primera ronda de Playoffs de 2019 con ese equipo formado por Blake Griffin, Drummond, Reggie Jackson e incluso José Calderón, se podía dar con un canto en los dientes tras, con un record de 20-46 (año con menos partidos debido a la pandemia) consigue con el número 1 del draft a Cade Cunningham, base muy completo de Oklahoma State al que se había llegado a comparar con Luka Doncic por ser un base alto que puede anotar y dirigir el juego.
Aunque el impacto de Cade fue inmediato y promedió 17/5/5 quedando tercero en la carrera por el ROY, no sirvió para salir de la parte más baja del este y quedaron decimocuartos con 23 victorias. Incluso teniendo el tercer peor récord de la NBA no tienen suerte en la lotería del draft y consiguen un quinto puesto que usan para elegir a Jaden Ivey. Pero esta racha de mala suerte continúa y, con el peor récord en las temporadas 22-23 y 23-24, repiten el quinto puesto en la lotería y pierden la opción de draftear jugadores que llegaban a la noche del Draft con pinta de ser históricos como Wembanyama, Banchero o Holmgren. Pero, ¿qué ha cambiado para que un equipo que el año pasado batió el récord de derrotas consecutivas ahora esté peleando por el factor cancha? ¿Cómo pueden llevar más victorias esta temporada que las dos anteriores juntas? Pues, aunque la respuesta puede parecer muy complicada es simple: competir todos los días.

«Claro Nacho, pero eso es muy fácil decirlo y muy difícil hacerlo.» ¿Sí? ¿Eso creéis? Pues vamos a echarle un ojo a las cosas que han cambiado desde la temporada pasada para que este equipo se haya convertido en una pesadilla y veréis que no parece que hayan hecho nada del otro mundo.
1. Cambio de entrenador.
Monty Williams fue un decepción. Salió de Phoenix con un cartel increíble de entrenador buenísimo con un trato genial con los jugadores y desarrollándolos al máximo nivel y eran difícilmente justificables muchas de las decisiones que tomaba el año pasado. Sacaba del quinteto a jugadores que estaban rindiendo bien, mantuvo a Killian Hayes en rotación cuando claramente se veía que no estaba para jugar (tanto que ellos acaban cortándole de mala manera). Le sacó el balón de las manos a Cade y le aislaba en gran parte del partido del ritmo de juego. En verano tomaron la (sabia) decisión de, aprovechando la salida de Bickerstaff de los banquillos de Cleveland, ficharlo ellos como entrenador jefe. Se dejaron de desarrollar jugadores y se dedicaron a salir todos los días a competir y mantenerse en los partidos.

2. Veteranos preparados para competir.
El impacto de Bickerstaff no habría sido el mismo si en la postemporada no se hubieran incorporado al equipo jugadores veteranos con impacto inmediato como Tobias Harris, Malik Beasley o Tim Hardaway Jr. Jugadores, todos ellos criticados por no ser efectivos en equipos muy competitivos con el único objetivo de ganar el anillo pero con un suelo muy alto, con experiencia en la liga y que conocen perfectamente como funciona la competición y las dinámicas de equipo y salen todos los días a hacer su trabajo. Añadir este tipo de jugadores a tu rotación es imprescindible para crear un ambiente competitivo que ayude a tus jugadores jóvenes a desarrollarse en un vestuario serio porque luego pasa como en Houston Rockets, que acumulas picks y picks y picks y picks y tu equipo se vuelve serio cuando te llevas a los Vanvleet o Brooks de turno.


Malik Beasley es el gran beneficiado de esta racha increíble de los Pistons. En el cierre de mercado pidió por favor no salir de allí, es el segundo jugador de la liga con más triples totales con un 42,5% de acierto y se atreve con bailes y con algún too small.
3. Cade Cunningham es por fin el jugador que esperábamos.
Un equipos necesita un líder y, aunque su alrededor fuese un desastre, siempre lo tuvimos delante. Cade Cunningham es un jugador excepcional, de los buenos buenos. Este año ha sido All-Star por primera vez y está promediando 25/6/9 pero esto va mucho más allá de los números. Su manera de jugar es atractiva, domina el juego en todos los aspectos, es letal en el pick and roll y no es un agujero defensivo. Sabe cuando y cómo atacar y toma muy buenas decisiones con el balón en la mano. Cualquiera que hubiera visto algún partido de Cade sabía de lo que era capaz pero no estaba siendo regular y el entorno no ayudaba. Es muy difícil ser un jugador regular y salir todos los días a competir cuando estás rodeado de desastres aunque esto no le exime lo más mínimo de su parte de culpa. Pero ha sabido recomponerse, gracias en parte a que la franquicia ha querido dejar atrás esos dos años de penurias sin desprenderse de él y dejándole claro que él es el jugador franquicia (tanto como para ofrecerle la extensión de más de 200 millones en 5 años).

Es obvio que todavía no están para competir por liderar la conferencia este ni mucho menos por el anillo, pero está claro que lo primero que tienes que hacer para salir del hoyo en el que estabas es dejar de cavar y los Pistons, desde el primer momento de la temporada, han soltado la pala.
