La selección femenina de España firmó otra noche para la historia al proclamarse, por segunda vez consecutiva, campeona de la UEFA Women’s Nations League. Con un 3-0 incontestable frente a Alemania en el abarrotado Riyadh Air Metropolitano, las vigentes campeonas del mundo demostraron que su hegemonía no es casualidad, sino fruto de un fútbol cada vez más pulido, más valiente y, sobre todo, más ganador.
El ambiente era de gala: 55.843 aficionados, un nuevo récord de asistencia para un partido de la selección femenina en territorio español, tiñeron las gradas de rojo y empujaron al equipo desde el primer minuto. Enfrente, nada menos que Alemania, ocho veces campeona de Europa. Pero el cartel, lejos de intimidar, inspiró a un conjunto que ha aprendido a jugar finales como quien respira.
La primera mitad transcurrió con cautela, con dos selecciones midiéndose, esperando el error ajeno y reservando la explosión para más adelante. Esa explosión llegó exactamente tras el descanso. En apenas 14 minutos, España pasó de la prudencia al vértigo, y del dominio territorial al golpe letal.
El primer gol del partido llegó en el 61’, cuando Claudia Pina enganchó un disparo desde la frontal imposible para la guardameta alemana.
Siete minutos después, Vicky López amplió la ventaja con un zurdazo al palo largo que encendió el estadio como si fuera una final de Mundial. Y en el 74’, de nuevo Pina —la futbolista de los partidos grandes— selló su doblete para convertir la final en una exhibición.
El triunfo tuvo un valor añadido: se consiguió sin Aitana Bonmatí, baja de última hora tras fracturarse el peroné en un entrenamiento. La ausencia de la Balón de Oro habría descolocado a casi cualquier equipo del mundo, pero España respondió mostrando su mayor fortaleza: una plantilla profunda, rica en talento y capaz de sostener su identidad sin su brújula habitual.
Con el pitido final llegó la confirmación de un hito: España es la única campeona en las dos ediciones disputadas de la Women’s Nations League (2024 y 2025). Dos títulos consecutivos que consolidan una época dorada sustentada en un fútbol dominante, una defensa impecable y un ataque que parece encontrar siempre el camino.
La selección no solo ganó; convenció, emocionó y volvió a hacer historia. Europa, una vez más, habla español.
El triunfo también se jugó en la pantalla
El éxito de España en la final de la UEFA Women’s Nations League no solo se vivió en el césped del Metropolitano: también se celebró en millones de hogares. El despliegue futbolístico del equipo de Sonia Bermúdez encontró un eco inmediato en las audiencias, donde el partido se convirtió en un fenómeno sin precedentes.
La final arrasó en televisión con un 20,9% de cuota de pantalla, una cifra que pocas competiciones pueden presumir en la actualidad. La media alcanzó los 1.930.000 espectadores, pero el dato más revelador fue el acumulado: más de 4,4 millones de espectadores únicos sintonizaron el encuentro en algún momento, confirmando que el interés por la selección femenina no deja de crecer.
Este hito convierte al choque disputado en el Metropolitano en el partido más visto de la historia de la competición femenina, un logro que refleja no solo el rendimiento deportivo del equipo, sino la conexión cada vez más sólida entre la afición y un proyecto que continúa rompiendo barreras.
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